Postales

POSTALES

(Josep Sebastián)

Querida madre, querido hijo:

Desde esta plaza blanca y colonial, al amparo de unos porches sombríos que alejan el calor sofocante del mediodía, os mando un abrazo muy fuerte y muchos, muchos besos. En el interior de la plaza se encuentra el quiosco dónde compré esta postal y mujeres vendiendo alimentos y prendas de ropa. Ya casi no lo recordaba, pero en los dos días que llevo aquí ya me he ido familiarizando con un ambiente que se me hacía lejano. Espero recorrer en estos meses los lugares en los que viví las luces y las sombras de mi niñez. La escuela, la casa, la fábrica, el muelle…

Os quiere,

Elvira V.

Quito, febrero de 1992

Querida madre:

Estoy en una terracita desde donde veo la fábrica. Me reuní ayer con sus actuales propietarios y tienen mucho interés en abrir el expediente de la desaparición y muerte de papá. Es una buena noticia, aunque en este lado del Atlántico ya sabes que las cosas van muy despacio.

Ahora espero a tus amigas de entonces para tomar un café. No me reconocerán, yo era muy pequeña. Pero yo seguro que a ellas sí. Hubieran querido que estuvieras aquí pero también entienden tu decisión de no venir.

Los días ya se hacen más cortos y empieza a refrescar. Pronto abandonaré este país de nuevo…

Un fuerte abrazo,

Elvira V.

Quito, abril de 1992

Querida madre, querida abuela:

Acabo de llegar a la plaza de la postal que me enseñasteis hace unos meses. Sigue la misma vendedora en el quiosco porque la ha reconocido, y casualmente, a pesar de los años, aun la vende como podéis comprobar.

Mañana inauguran el museo de la fábrica, y asisto tanto como nieto del fundador como por periodista. Es una lástima que no puedas estar por tus limitaciones físicas, pero volveré para explicarte como al fin se ha dignificado uno de mis apellidos.

De aquí me iré a descansar a Bariloche, en la Patagonia argentina. Me irá bien pescar unas buenas truchas antes de volver. Desde allí os enviaré la próxima postal.

Hasta pronto,

Aleix B.V.

Quito, noviembre de 2014