El pescador de lágrimas
En Ibiza, enganchada entre sus redes, un pescador ha
recuperado un ánfora fenicia llena de lágrimas. Lo supo por el aroma de
llanto. Son de las mujeres de los pescadores que el mar se quedó. Una
de ellas, la más cristalina, le ha reflejado el rostro de su padre y ha
emitido la fragancia de su madre.
Después de abismar la vasija en el mar y empujado por brisas de gaviotas, ha remado rápido a puerto con deseos de abrazar a su mujer y decirle a su madre que ya no hace falta que vuelva a llorar en el acantilado.
Después de abismar la vasija en el mar y empujado por brisas de gaviotas, ha remado rápido a puerto con deseos de abrazar a su mujer y decirle a su madre que ya no hace falta que vuelva a llorar en el acantilado.
Precioso relato....leido con la canción de fondo adquiere más profundidad. ..
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