CORAZON
DE ORO
(Josep Sebastián)
Pasados ya los treinta
seguía siendo fea, y cada vez más gorda.
Ahora ya no se lo recordaban los demás, lo hacían objetos como espejos,
bandejas de acero inoxidable o incluso las aguas quietas de los estanques. Pero
tenía un corazón de oro, decían.
Aprovechó esa cualidad
para darse un capricho que siempre había deseado. En la casa de empeños, que ahora se llamaba Compro
Oro, obtuvo el dinero suficiente para adquirir un conjunto de ropa interior de
alta gama, por la textura, por la calidad, por lo atractiva y por la marca. Fue
difícil conseguir su talla pero el dinero lo pudo.
Y allí, en el mismo patio
en que sus compañeros de escuela se burlaban de ella, apareció colgada de un
eucalipto. Semidesnuda, sin corazón, pero espléndida con aquellos encajes. Sonriendo. No era para menos. Mañana todo el mundo hablaría de ella.
Pobrecita... Con lo bien que estaba sola, sin gentuza de último diseño. Pero la soledad acaba por pasar factura y es muy triste no tener otra cosa con que pagar.
ResponderEliminarAhora que yo me marcaba ahora un cuento de venganza de ultratumba que ríete de la Carrie de Stephen King.
Un abrazo.
Venga, marcátelo !
ResponderEliminarY hablando de S.King, te recomiendo "Mientras escribo", un manual de lo más agradecido.
Un abrazo.
Un relato muy duro, Josep. Al principio el tono me ha despistado un poco, incluso me ha parecido desacertado; pero el último párrafo lo explica todo y ese "...seguía siendo fea..." adquiere todo su contexto.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo sé, Anna. Yo también he dudado por resultar digamos que políticamente incorrecto. Pero como lo dirías tú ? Quería reflejar del mejor modo su drama. No sé, a ver que me dice mi profe cuando la vea...
EliminarGràcies per el comentari. Així dona gust escriure.
salut !
És dur, cert. La vida i les persones poden ser molt cruels a vegades. Però a mi m'ha agradat. Un altre cop he tingut un calfred a l´últim paràgraf.
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