domingo, 1 de febrero de 2015

I T V





I T V
(Josep Sebastián)
Con la minuciosidad que le caracterizaba fue repasando todas las partes del motor antes de pasar la ITV. Tensó las correas, comprobó los niveles de agua y líquido de frenos, el estado de las bujías y las luces de los faros, la presión de los neumáticos y el cierre correcto de las ventanillas. Cuando limpió la varilla del nivel de aceite y la volvió a introducir como una espada en su depósito la puerta del capó se vino abajo y su cuerpo y su alma quedaron incorporados para siempre en el mecanismo de su preciado coche.
Un mes después, y sin seguir teniendo noticias del paradero del hombre, su hijo fue a pasar la obligada inspección del vehículo. Todo estaba perfecto salvo la emisión de gases del tubo de escape. Los técnicos detectaron partículas extrañas y desconocidas que podrían dañar el ecosistema del entorno.
Valorando que una reparación no le compensaba seguir manteniendo el auto en funcionamiento decidió llevarlo a engrosar las montañas de chatarra que se agolpaban en los cementerios de coches.
Con el poco dinero que le dieron aún pudo comprar un ramo de crisantemos que dejó encima del asiento del conductor.

2 comentarios:

  1. Afortunadamente, llevo el coche al mecánico para ese tipo de menesteres, no me gustaría quedarme atrapada dentro!
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Llevas el coche al mecánico...afortunadamente ? No me deis ideas... !!!

    ResponderEliminar