domingo, 12 de abril de 2015

Eternidad



ETERNIDAD

(Josep Sebastián) 


     A mediados del siglo dieciocho se  empezó a utilizar el éter como método para insensibilizar a los enfermos y eliminar el dolor físico en las operaciones quirúrgicas.
     Tres siglos después, y cuando la anestesia está incorporada en todos los servicios médicos del primer mundo, un científico americano ha descubierto un fármaco capaz de eliminar en este caso el dolor psíquico, o para entendernos, el de los sentimientos. Se aplica en casos de sufrimiento extremo, guerras, explotaciones, maltratos, desempleo, violaciones…
     Aún no se conocen efectos secundarios y se ha demostrado que, al perder sus efectos, el paciente de alguna manera ha superado el duelo, entrando en una especie de amnesia letárgica.
     Mi amigo Barrachina, de médicos sin fronteras, se ha ido a trabajar a un país africano arrasado por el hambre, la sed, la miseria y los conflictos tribales para administrar el nuevo fármaco. Como es de suponer, al llegar allí han sido los mismos sanitarios los primeros en  tomar la medicina.
     Hoy me he enterado que Barrachina ha muerto al no controlar bien su dosis. Me pregunto si por efectos de la nueva anestesia o como un acto de eutanasia.

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