EL HOMBRE DE LOS CARAMELOS
(Josep Sebastián)
Fui un tipo listo. Mientras los demás chavales, alentados por sus padres, huían de él despavoridos, yo me hice amigo de aquel personaje que merodeaba por los alrededores del colegio. Comí durante años golosinas gratis gracias al hombre de los caramelos.
Aquellos
niños hoy son hombres de provecho, hombres de la administración, hombres de la
oficina, hombres del comercio e incluso hombres del desempleo. Yo regento
humildemente una pequeña tienda de chuches cercana a una escuela. A veces vienen a comprar caramelos para sus
hijos, y entonces los recibo con una gabardina abierta.
Y
siempre, siempre les doy alguno de propina.
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