lunes, 5 de octubre de 2015

Disco de la semana (41) : Brothers & Sisters - Allman Brothers Band

The Allman Brothers Band – Brothers and Sisters: superando la mayor de las tragedias

Pocas veces en la historia de la música, por no decir ninguna, una banda ha sido capaz de sobrevivir a un golpe como aquel que sufrieron The Allman Brothers Band el 29 de octubre de 1971. Cuando estaban asentándose en la élite del rock mundial, habiéndose instituido como la gran referencia del rock sureño junto a Neil Young, tuvieron que hacer frente al crudo evento que el destino, la providencia, les tenía preparado.

Duane Allman era una especie de Rookie of the Year en lo que a guitarristas se refería a comienzos de los años 70. Su imagen esquiva no hacía sino acrecentar la figura del que era considerado en ese momento el mejor guitarrista joven del momento y el verdadero motor de su banda, cuya fama crecía al mismo ritmo que Duane iba dejando al mundo sin palabras. Así, esa relación simbiótica de la que guitarrista y banda se favorecían mutuamente iba cogiendo la fuerza necesaria para instituir a The Allman Brothers Band en una de las mayores bandas de Estados Unidos, la que más fervor y pasión despertaba en su país, el cual se resistía en caer en manos de la edad de oro del prog que se venía desarrollando en Europa.
Tanto creció la fama de Duane que las mejores bandas se lo rifaban como músico de estudio, guitarrista de apoyo en grabaciones de toda índole. A tanto llegó su creciente statuts y su hiperactividad que no pudo decir que no al que sería uno de los mayores proyectos que caerían en sus manos. Eric Clapton llamó a su puerta a inicio de 1970 para que se uniera al supergrupo Derek and the Dominos. En un principio la idea era que Duane actuase de nuevo como músico de estudio, pero su pericia e inspiración hicieron que Clapton no pudiera renunciar a integrar a semejante guitarrista en el seno de la banda, la cual fue presentada sin revelar la identidad de sus miembros y significando el mayor éxito en la carrera de Eric Clapton junto a su anterior proyecto, Cream.

Carretera, muerte y melocotones mordisqueados

Desgraciadamente todos estos logros se irían al traste un triste 29 de octubre de 1971. Duane transitaba en su Harley Davison por las calles Macon, Georgia, como siempre lo había hecho, de forma alocada y agresiva. Duane montaba en moto como tocaba la guitarra, con pasión, con ímpetu, sin miedo. Sin embargo, mientras que con la guitarra Duane había demostrado ser infalible, con la moto no pudo hacerlo: un camión se interpuso en su camino y no pudo evitarlo. La moto y Duane saltaron por los aires, todo ello frente la mirada aterrorizada de su novia Dixie. Aparentemente salió vivo del accidente, pero múltiples heridas internas acabaron significando la muerte de Duane unas horas después. Con ese accidente se apagó unas de las estrellas más importantes de la música de ese momento, hecho que muchos lloraron, no ya por lo que Duane había significado hasta entonces, sino por lo que, debido a su edad (24 años), ese accidente nos robó a todos. Desgraciadamente nos quedamos sin saber hasta donde habría llegado Duane de haber sobrevivido.
Melissa by Allman Brothers Band on Grooveshark
Como es de suponer el grupo sufrió un shock durísimo. Sin ir más lejos su hermano Greg, vocalista de la banda, quedó sumido en una profunda depresión de la que no parecía poder salir, cayendo en manos del alcohol y drogas como la heroína. El resto de la banda no se quedó atrás en su depresión, pero pasados unos meses decidieron que la mejor de honrar al difunto Duane era continuar con la banda tal y donde había quedado. Así, aprovecharon parte del material póstumo que Duane había dejado preparado antes de su muerte y lanzaron Eat a Peach, album que fue completado con grabaciones en directo de temas como la imponente ‘Mountain Jam‘. Tal fue la calidad del disco que se convirtió en el más exitoso de la banda hasta el momento.

Dickie Betts como terapeuta

La prueba más dura era la que venía a continuación, afrontar la grabación de material nuevo sin contar con la presencia de Duane, cuyo vacío parecía imposible de llenar. Debido a que Greg continuaba aún bastante afectado por la ausencia de su hermano, el guitarrista Dickie Betts decidió tomar las riendas compositivas del grupo y, en un giro de guión que nadie esperaba, contrató al pianista Chuck Leavell. Así, con una formación remozada por la presencia de Leavell, The Allman Brothers Band entró al estudio de grabación para rendir un apropiado homenaje a Duane Allman, al cual llamaron Brothers and Sisters (1973). Sin embargo, el que parecía un feliz y tranquilo proceso de grabación sufrió una sacudida ante la nueva desgracia que el destino tenía preparada a la banda. Berry Oakley, emulando al fallecido Duane, se estrelló con su motocicleta a escasas calles de donde lo había hecho, un par de años antes, su mejor amigo. Mucho se especuló con este hecho, fatalidad, sabotaje, suicidio, pero lo único que se ha podido sacar en claro cuarenta años después es que The Allman Brothers Band son, de pleno derecho, una de las bandas con más mala suerte de la historia.
Wasted Words by The Allman Brothers Band on Grooveshark
Afortunadamente Brothers and Sisters ya había sido casi completado en el estudio, por lo que la banda simplemente reemplazó a Oackley por Lamar Williams y finalizó el disco sin que se viese alterada la esencia que Dickie Betts quería darle, aportando unos nuevos matices a la música de la banda que a continuación desgranaremos.

Los duelos de siempre con un nuevo contendiente

Hasta el lanzamiento de Brothers and Sisters, el sonido de The Allman Brothers Band se había caracterizado por un blues rock con fuertes raíces country que actuaba como mero punto de partida para los interminables desarrollos instumentales ejecutados por toda la banda en sus conciertos, en los que destacaban el sonido slide de la guitarra de Duane Allman y los duelos de solos y punteos junto a Dickie Betts sin olvidar la potentísima base rítmica del grupo, conformado por un bajo y ¡dos baterías! Así, temas como el exitoso ‘Whipping Post‘ no eran más que el esqueleto, los cimientos en los que la banda se apoyaría para dar rienda suelta al torrente de solos e improvisaciones que acabaron definiendo el sonido del grupo.
Jessica by The Allman Brothers Band on Grooveshark
Sin embargo, por culpa del hueco que Duane dejó en el grupo, Betts entendió que lo mejor no era intentar sustituirle, sino adaptar el sonido del grupo incorporando un nuevo elemento, un nuevo instrumento que sirviera de contrapeso a su talentoso estilo a la guitarra. Así fue como decidió incorporar al pianista Leavell y adaptar el sonido del grupo a ese nuevo status quo, haciendo que los duelos que antes mantenía con Duane ahora fuesen con las teclas y el talento de Leavell, el cual quedó fuera de discusión desde el primer instante.

Profundizando en las raíces

La toma de protagonismo de Dickie Betts no quedó solo en su protagonismo compositivo o en la toma de decisiones al respecto del futuro de la banda, sino que incluso llegó a atreverse a ponerse al micrófono con un fantástico resultado como se puede apreciar en ‘Rambin’ Man‘, himno country que se convirtió en el tema más famoso de la banda, cosa que pocos se habrían podido imaginar solo unos años antes.
Ramblin’ Man by The Allman Brothers Band on Grooveshark
Otro hecho inesperado fue que el protagonismo adquirido por Betts acabó espoleando a Greg Allman permitiendo al cantante ofrecer una de las actuaciones más afortunadas e inspiradas de su carrera. Su normalmente voz desgarrada y triste se adaptó a la perfección al sonido luminoso y alegre que las composiciones de Betts marcaban, actuando este disco como terapia de choque para Greg, quien había quedado desmoronado tras la muerte de su hermano y gran referente Duane. El gran talento del vocalista quedó patente en canciones como la, para un servidor magnífica, ‘Come on and go Blues‘, donde el duelo que su voz mantiene con el hammond de Leavell se instituye como uno de los momentos más destacados del disco, o en ‘Jelly Jelly‘, blues arquetípico capaz de erizarnos todos los pelos del cuerpo por su epicidad.

El disco definitivo de The Allman Brothers Band

Sin embargo, los cambios que Betts introdujo en este disco no quedaron solamente en un mayor optimismo y luminosidad en las composiciones de la banda, sino que las nuevas canciones lograron condensar con gran precisión la dispersión del sonido del grupo en directo, permitiendo que todos esos desarrollos instrumentales que acababan suponiendo canciones de cerca de 30 minutos pudieran quedar reflejados en los escasos 39 que duraba en total este Brothers and Sisters. Así, las partes de improvisación lograron una casi impensada armonía junto a los más tradiciones sonidos blues o country, dotando al conjunto de un carácter de perfección, de equilibrio que no había logrado tener hasta el momento la parte musical de la banda, hecho que convirtió a este Brothers and Sisters en el disco definitivo de The Allman Brothers Band, con un sonido más condensado, equilibrado y, porqué no, comercial (nunca en el sentido peyorativo de la palabra).

Así fue como The Allman Brothers Band pudieron sobreponerse a la tragedia con su mejor disco, hecho que muy pocas bandas, por no decir ninguna, han logrado hacer en la historia de la música. La muerte de Duane Allman supuso un importante varapalo para el grupo, pero tambien un acicate posterior para que dieran todos lo mejor de sí mismos, sirviendo este Brothers and Sisters como tratamiento frente a la depresión para todos ellos gracias a la conjura previa que realizaron antes de ponerse manos a la obra.

Mientras que lo normal hubiese sido una disolución o una continuación con el piloto automático puesto, The Allman Brothers Band fueron capaces de dar lo mejor de sí mismos gracias al liderazgo adquirido por Dickie Betts demostrando que podían ser bastante más que una banda de guitarristas, aunque pasados 40 años sean reconocidos precisamente por ello, por ser la única banda capaz de colar a 4 guitarristas distintos entre los mejores 100 de la historia del rock. Posteriormente vendrían la caída en los infiernos de la megalomanía y en las redes de Cher de Greg Allman o del alcoholismo y la violencia de Dickie Betts, la entrada de Derek Trucks y la toma de riendas por parte de un jovencísimo Warren Haynes. Pero eso es una historia que quizás os cuente en otra ocasión.

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