miércoles, 30 de diciembre de 2015

Reloj, no marques las horas




RELOJ, NO MARQUES LAS HORAS

(Josep Sebastián)




     La esposa del encargado del reloj de la Puerta del Sol salió de cuentas un día de nochevieja. Justo al dar la undécima campanada se atragantó con una uva.
     El relojero detuvo todos los relojes del país mientras  la ingresaba de urgencias en el hospital más cercano. La población esperaba expectante.
     Cuando vio que los médicos no podían salvar su vida por asfixia, el apesadumbrado marido decidió volver a poner en marcha el tiempo. Al sonar la última campanada del año, corrió el champán y un fuerte  griterío sacudió las casas y las calles.
     Mientras, un hombre y un niño lloraban juntos.
    

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