RELOJ,
NO MARQUES LAS HORAS
(Josep Sebastián)
La esposa del encargado del reloj de la
Puerta del Sol salió de cuentas un día de nochevieja. Justo al dar la undécima
campanada se atragantó con una uva.
El relojero detuvo todos los relojes del
país mientras la ingresaba de urgencias
en el hospital más cercano. La población esperaba expectante.
Cuando vio que los médicos no podían
salvar su vida por asfixia, el apesadumbrado marido decidió volver a poner en
marcha el tiempo. Al sonar la última campanada del año, corrió el champán y un
fuerte griterío sacudió las casas y las
calles.
Mientras, un hombre y un niño lloraban
juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario