Cosas de niños
No he sido capaz
de olvidar aquella imagen de Papa Noel agonizando en el salón; ni la
mirada de mi hermana observando impasible la escena. Sus ojos ardían y
en esas llamas resplandecía humeante la pistola que aferraba entre sus
manos. Su voz cándida todavía martillea en mi cerebro: “ese gordo
existe, pero yo no he pedido una muñeca”. Para no disgustarla, lo
enterramos con el disfraz, el relleno y la barba de algodón; hasta el
cura se reía. Ella, ingenua, espera que los Reyes Magos le traigan la
bicicleta, pero sigue preguntando insistentemente donde está papá.
Xavier Blanco
Hola Josep. Te contesto aquí. No hay ningún problema en compartir mi cuento aquí, al contrario, uno escribe para ser leído, para compartir. Suerte por Santander¡¡
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