UN
HOMBRE PRÁCTICO
(Josep Sebastián)
Sabiendo
lo de su enfermedad terminal, pactó con la funeraria el adelanto de
servicios.
Fueron días maravillosos, conduciendo un
mercedes negro y regalando flores a su esposa.
A ella no le importó que lo llevaran al cementerio
en una furgoneta engalanada con las palmas y palmones secos de sus nietos.
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