ROSITA
(Josep Sebastián)
Rosita nació en una casa señorial a las afueras de la ciudad, y pronto se ganó el mimo
y el trato preferencial del mayordomo.
Un día, él le dijo “Ah, Rosita…”
Y ella le contestó “¡Habla claro!”.
Al instante, en aquella esquina del
jardín, Sebastián sacó del bolsillo del devantal unas tijeras de podar y cortó la rosa.
Más tarde, sola y en un jarrón de cristal
de Bohemia, adornaba la mesa central del gran salón.
Precioso relato.
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