"Los Baldrich", Use Lahoz
"Los Baldrich"
Use Lahoz
Alfaguara. Madrid (2009)
384 paginas
http://www.alfaguara.santillana.es/libro/los-baldrich/1350/
Hay libros que vale la pena leer y uno los compra, porque se los ha recomendado alguien de confianza, porque son obras maestras de la literatura o porque vienen avaladas por críticos de los que uno se fía. No es el caso de "Los Baldrich", una novela que me llamo la atención en una de mis incursiones por las librerías zaragozanas y que cogí de la biblioteca hace un par de semanas. La trama se desarrolla en Barcelona y se centra en la vida de una familia media de la burguesía catalana, cuestiones que por conocer de cerca me resultaban atractivos.
La lectura es amena, sobre todo porque trata temas que uno ha vivido; al ritmo de las historias que viven los protagonistas se va desarrollando la propia historia de una época de España vivida desde Barcelona: el postfranquismo, el desarrollo económico, el asesinato de Carrero y la muerte de Franco, la transición, las primeras elecciones democráticas, el 23 de febrero de 1981, la victoria del PSOE en 1982, las Olimpiadas del 92, ... así como las distintas vicisitudes del F.C. Barcelona, desde Kubala hasta la Final de Wembley, pasando por el fichaje de Cruyff, la final de Basilea y la triste derrota en Sevilla ante el Steaua de Bucarest y, como no, dela historia de la "nova canço" (Serrat, Raimon, Llach, Pi de la Serra y, sobre todos, Pau Riba). También son amables las referencias a lugares conocidos, como los restaurantes "Siete puertas" y "Carballeira", la calle Muntaner, Valldoreix, la Plaza Francesc Macia, el Ensanche o la Zona Franca.
La novela pretende ser una disección de la clase media catalana, centrada en el protagonista, Jenaro Baldrich, un hombre hecho a si mismo que saca adelante un emporio de la confección, "Sandro Carnelli", y en la que van desfilando múltiples personajes, empezando por su mujer Sagrario Losada, sus hijos Jaime, Rodrigo y Nati, su empleado fiel Mateo Mallol o su primo Ignacio Parbole, exiliado en Argentina y al que se pretende dar una trascendencia que pienso no se llega a plasmar adecuadamente. Los avatares de la familia Baldrich también nos llevan a Madrid, donde se va a vivir la menor delas hijas con el amigo de su hermano Jaime Roger Segura, prototipo de la progresía de la época, describiéndonos todo el ambiente de la famosa movida madrileña, con menciones a "La vía lactea" y los conciertos del momento.
USE LAHOZ: DIÁLOGO SOBRE SU NOVELA 'LOS BALDRICH'
[Hoy,
cuando andaba por Buñuel y por Tudela con Eduardo Laborda y con mi hija
Aloma, me ha llamado el joven escritor Use Lahoz, hijo y nieto de
aragoneses. Su madre es de La Almolda y su padre de Hoz de la Vieja.
Publica la novela Los Baldrich en Alfaguara con un intenso lanzamiento. He aquí una breve ficha: Use Lahoz nació en Barcelona en 1976. Publica en medios como El Periódico de Catalunya, El Viajero de El País o Qué leer. Es autor de la novela Leer del revés (2005), distinguida en el Festival du Premier Roman de Chambery, y del libro de poemas Envío sin cargo
(2007). El propio autor me envía esta entrevista realizada por el
gabinete de comunicación de Alfaguara, con Rosa Junquera al frente. La
foto de Use Lahoz es de Óscar Carriquí.]
PREGUNTA: La primera pregunta es inevitable. ¿Existieron de verdad los Baldrich?
Los
Baldrich no han existido más que en la ficción, pero a menudo, después
de tantas horas con ellos, de tan ficticios que son me parecen más reales
que el autor. Posiblemente estaban dormidos en mi interior, y como en
casi todas las historias, en esta hay una pequeña parte endógena y una
gran parte ficticia.
Para
mí, lo más importante de una novela es la historia, y que esta sea lo
más fascinante posible. Quería hacer una novela de personajes que
abarcara parte de la historia última de España y que se emparentara con
la quimera de un personaje emprendedor y brazo derecho de sí mismo. Me
interesaba poner en juego a unos personajes en situaciones que puedan
arrancar la conciencia del lector y que generen preguntas y sentimientos
contrariados. Creo que Jenaro Baldrich, en ese papel de magnate y
patriarca de una familia que no puede dominar, promueve muchas
interrogaciones. A Jenaro se le puede admirar y se puede odiar al mismo
tiempo. Me gustan los personajes arrepentidos, que no se van a tiempo y
que se arrepienten y tienen que vivir con ello. Baldrich es un personaje
camaleónico, con mucha personalidad, que nunca muestra debilidad por el
desmembramiento familiar, ni mucho menos que sufre por las cosas
perdidas. En ese sentido quería hacer una saga clásica, pero con un
narrador poco clásico.
P: ¿Por qué un narrador tan ajeno a la familia para contar la historia de los Baldrich?
Como en casi todo en la vida, en literatura también son importantes la distancia y el tiempo, por eso el narrador de Los Baldrich
es un personaje ajeno a ellos. Gracias a eso vive con pasión e
intensidad la vida de una familia que no es la suya, pero que
paulatinamente va asumiendo. Nunca se dice de donde viene porque eso no
importa, es lo de menos.
P: La historia de la España de la segunda mitad del siglo xx acompaña en todo momento a la familia. ¿Se trata sólo de un marco en el que ubicar a los protagonistas o es un personaje más?
La
historia del último siglo en España es trágica, pero tiene un punto
fascinante y perfecto para enmarcar una historia. Desde los años
cincuenta hasta los noventa los cambios y los avances tecnológicos,
políticos, sociales, artísticos son muchísimos. Es un marco propicio
para poner en juego a unas generaciones que sueñan pero que enseguida
renuncian a lo soñado. Me interesa ese espacio en el que se pasa de ser
un país auténtico, espontáneo, a un país de nuevos ricos, seducido por
“lo razonable”.
P: Los Baldrich es la historia de una ambición, la de Jenaro, un
hombre que se vale de la amistad y de la confianza para lograr el éxito
empresarial y que impone una tensión familiar asfixiante. ¿Coincidía
con los patrones de la época?
Jenaro
es un tipo que se desdobla en su propia necesidad de controlar todo y a
todos, le traiciona el hecho de ser demasiado conservador con su
revolución interna. La historia de Jenaro Baldrich debe
mucho a la ilusión de querer dar forma a su quimera, ya que tan pronto
descubre que su sueño es real, se deja llevar por “los pies en la
tierra” y “la sangre”, y eso le lleva a despreciar el sentido de la amistad. Yo
creo firmemente que se arrepiente en su fuero interno de muchas cosas,
pero nunca lo dirá ni se le notará. Con el tiempo, Jenaro pasa con más
facilidad de la que imaginaba, y con una absoluta falta de memoria, de
la ambición a la avaricia desmedida. El sueño del cosmopolitismo lleva a
Jenaro Baldrich a tener muy claro lo que quiere y a tratar de
conseguirlo al precio que sea, absorbiendo grandes dosis de cinismo. La
Barcelona de la época era muy propicia para gente como Jenaro, sin
escrúpulos y con dinero, pero sobre todo con un proyecto. En ese
aspecto, por supuesto que coincide con los patrones de la época, puesto
que Jenaro sabe relacionarse, manejar sus intereses, y a golpe de inventio
y estraperlo, se hace un hueco con su atrevimiento y con su
independencia y, dicho sea de paso, “adelantándose” al régimen
franquista.
P: El propio Jenaro, con su affaire
con Francesca, acaba traicionando el buen apellido de la familia. ¿Es
Sagrario la única que permanece hasta el final en el lugar que le ha
sido asignado?
Francesca
es producto de su conquista, de su cosmopolitismo. Es ella quien le
hace sentir como a él le gusta en privado, es lo desconocido que atrae a
los cobardes con poder.
Sagrario
es víctima de su condición humilde. Y eso es algo que no le deja
crecer. Por tanto, el lugar que se le ha asignado es ese, el de la
señora de, lo que pasa es que en realidad ella no se atreve ni siquiera a
serlo porque se avergüenza de sí misma y puede que sepa que ese
universo no debería de haberle correspondido.
P: El fútbol ocupa en la vida de los personajes un lugar tan importante como los negocios…
El fútbol es pasión y acompaña a esos personajes toda la vida. Para Mateu es
algo más, lo ha vivido desde pequeño y muchas de sus ilusiones de niño
se han proyectado en su equipo. En cambio para Jenaro es una
distracción, un ambiente adecuado para generar más relaciones
sustanciosas. Podemos decir que Mateu siente los colores de su equipo, Jenaro siente los colores del dinero.
P: Tal vez Jaime, el hijo mayor de Jenaro, sea el personaje más desvalido emocionalmente, no acaba de encajar en ningún lado…
Jaime
no forma parte de lo razonable, es capaz de sentarse al lado de un
campesino y entablar conversación, por lo tanto no es un Baldrich como
su padre pretendía.
En
realidad, Jaime Baldrich es un personaje que transita por los márgenes
de su apellido. Siente que no le pertenece. Es el primer hijo de
Baldrich y en él se proyecta la frustración de un padre que no lo acepta
pero jamás lo desprecia. Jaime no quiere querer a su familia, pero no
tiene más remedio que quedarse con ella. Tiene un peso fundamental en la
novela porque representa la debilidad, la fragilidad del ser humano, la
incertidumbre. Es un personaje lleno de preguntas, perdido en el
laberinto de su estirpe, que no encuentra su lugar, y en ese sentido es
muy contemporáneo. Es el contrapunto a su padre porque no ven la vida de
la misma manera.
Ahora
bien, es probable que si Jaime hubiera sabido la verdad, y se la
hubieran sabido transmitir, no hubiera pasado lo que pasa. Además, Jaime
tiene un trastorno mental al que nadie se enfrenta y sobre el que todos
pasan de puntillas. No obstante, la incomunicación entre Jaime y su
familia es total. Su mayor problema es que cada vez que encuentra
cómplice se le acaba yendo, primero es Roger, después Nati y finalmente
Ignacio Párbole, con cuya marcha ya no puede lidiar, ¿para qué?
P: El otro hijo, Rodrigo, parece representar la gran esperanza para Jenaro. ¿En qué momento se tuerce esa relación?
Rodrigo
avivaba los sentidos delante de su padre, pero era incapaz de pedir que
le echaran una mano, y así acabó siendo leña. La relación se
tuerce cuando Jenaro descubre que su hijo es más de recoger los frutos
que de sembrarlos. Jenaro es un tipo emprendedor, visionario, muy
trabajador. Su padre le supo transmitir esa dedicación, pero él tiene
dificultades para hacerlo con los suyos.
P:
Nati es la única que consigue alcanzar un modelo de familia en el que
priman la amistad, el amor y la comprensión. ¿Ha caducado el modelo de
la familia tradicional española?
La
familia tradicional permanecerá siempre, pero en la vida actual hay
otros tipos de familia. La gente se mueve mucho, vive fuera de casa, en
otros países, y tiene la necesidad de hacerse sus otras familias en
otros lugares. Es normal.
En
muchas familias ocurren situaciones absurdas, casi surrealistas, en las
que primos y hermanos que no se soportan, o que ni si quiera se conocen
porque no tienen nada en común, tienen que comer juntos el día de
Navidad, por suerte, hoy en día, tienen la oportunidad de hacerlo con la
tele puesta, lo cual ayuda a evitar daños mayores. Ese tipo de familia
está condenada a extinguirse. Puede parecer un tópico pero es cierto, la
familia es una imposición y los amigos no. La propia Nati Baldrich acaba teniendo dos familias y convive con ellas.
P:
Resulta muy interesante la forma en que se describe la evolución de la
fisonomía de Barcelona con el paso de los años. ¿Es muy diferente la Barcelona de hoy?
Sin duda es muy diferente. Es una ciudad donde todo el mundo tiene su parcela.
Barcelona ha cambiado mucho en los últimos treinta años. Sigue siendo
una ciudad fantástica, pero es víctima de su propio éxito. Ha conseguido
convertirse en un hotel de lujo. Me interesa esa Barcelona de Los Baldrich, la Barcelona como miscelánea mediterránea, puerto de ilusiones emprendedoras, negociante, exportadora de sí misma, como el propio Baldrich.
P: Hablando de ciudades, ¿Madrid y Barcelona son un marco o más bien un personaje?
Son
las dos cosas a la vez. Madrid se presenta como ese espacio propicio a
las casualidades, que va absorbiendo gente sin preguntar de dónde
vienen. Madrid es la ciudad en la que todo es posible. Y cuando vives en
ella, te das cuenta de que es cierto. En la novela hay una casualidad
que sólo es creíble en Madrid, porque las relaciones humanas son mucho
más directas, más de contacto físico que de teléfono.
Por
su parte, Barcelona es fundamental en el desarrollo de Jenaro Baldrich y
en la formación de su personalidad. Los dos van creciendo juntos.
En
cierto modo sí que es un homenaje a dos ciudades con formas de vida
diferentes pero complementarias, que son marco y personaje a la vez. La
historia de Los Baldrich de ninguna manera podría darse en otras ciudades que no fueran estas.
P: No obstante también hay sitio para Argentina…
Sí,
el Buenos Aires de las cartas de Ignacio Párbole es un universo
completamente distinto al de la Barcelona de Sagrario. Son lo opuesto.
Luego se gira la tortilla y mientras uno recupera la dignidad el otro
está siendo fulminado. La dictadura militar del cono sur fue algo
tremendo, salvaje. Barcelona acogió a muchísimas familias de exiliados
argentinos y uruguayos en los finales de los setenta y principios de los
ochenta. Yo mismo crecí en Barcelona con compañeros de clase
argentinos, que siendo niños contaban traumatizados, pero sin saber
conscientemente lo que contaban, episodios durísimos cuyo recuerdo los
hacía llorar en el patio a las primeras de cambio. Luego viví mucho
tiempo en Montevideo, donde hice grandes amigos uruguayos que habían
vivido el exilio en una Barcelona que les recibió muy cordialmente y que
no había manera de que olvidaran.
P: Jaime, Roger Segura e Ignacio Párbole comparten una intensa afición por la música. ¿Es ésta un modo de escapar de la realidad que los rodea?
Es
difícil entender la vida sin música, es evidente. En esos años formaba
parte del presente y futuro de la propia personalidad de cada uno. Cada
disco se diseccionaba y se compartía, les hacía sentir, pensar,
compartir y también fantasear, claro que sí.
Excelente novela. Nunca la olvidaré. Y Use un encanto de persona a quien conocí hace unos años en una feria del libro, en Madrid.
ResponderEliminarHelena